martes, 5 de noviembre de 2013

Procedimientos de auditorías energéticas



Procedimientos de auditorías energéticas
1. Introducción
En el presente capitulo vamos a definir la metodología básica que se puede seguir en la realización de una auditoría energética. Esta metodología se va a definir teniendo como base y no perdiendo de vista lo indicado el la norma UNE-216501:2009- AUDITORÍAS ENERGÉTICAS. REQUISITOS.
El objeto de esta norma es establecer los requisitos que debe tener una auditoría energética para que, al realizarse en distintas organizaciones, pueda ser comparable y describa los puntos clave que hay que tener en cuenta para mejorar la eficiencia energética, promocionar el ahorro de energía y evitar la emisión de gases nocivos a la atmósfera.
No obstante dado el carácter general de la norma UNE-216501:2009, se ha establecido una metodología más concreta la cual hay que aplicar en función del tipo de edificio u organización. No quiere decir que haya que seguir al píe de letra la metodología que se explica en este tema sino que habrá que adaptarla a la organización auditada en función de su tamaño, actividad y del tipo de energía que se utilice.
Las fases de ejecución en que se puede dividir una auditoría energética se enumeran a continuación:
  • 1ª Fase. Ámbito y alcance técnico.
  • 2ª Fase. Estudio de instalaciones y toma de datos en campo.
  • 3ª Fase. Tratamiento de la información.
  • 4ª Fase. Análisis de propuestas de mejora energética.
  • 5ª Fase. Informe final.
Antes de nada mediante el siguiente capítulo vamos a definir qué se entiende por auditoría energética y cuáles son sus objetivos generales.
2. Definición, objetivos de una auditoría energética y clasificaciones
La Auditoría Energética se puede definir como un estudio integral de todos los aspectos, tanto técnicos como económicos, que afectan directa o indirectamente al consumo de las diferentes energías existentes en un edificio, industria o de cualquier otra organización.
La auditoría debe ser un proceso sistemático, independiente y documentado a través del cual se obtienen las evidencias de funcionamiento de las instalaciones o procesos. Utilizando estas evidencias se evalúan las distintas medidas de ahorro energético, mejora de eficiencia y diversificación de energía.
El principal objetivo de una auditoría energética es establecer un conjunto racional de reformas o mejoras encaminadas a un uso racional de la energía. Dichas mejoras no deben suponer una disminución en la calidad de los servicios prestados, en la productividad de la actividad que se desarrolla o en las condiciones de confort del edificio, debiendo incluso aparejar mejoras adicionales en estos aspectos.
Los resultados de las auditorías sirven para establecer sistemas de gestión energética, para detectar las operaciones que pueden contribuir al ahorro y la eficiencia de la energía primaria consumida así como para optimizar la demanda energética de la instalación.
La realización periódica de una auditoría de tipo energético es además una oportunidad de desarrollo organizativo ya que es una herramienta de gestión que permite un conocimiento continuo y sistemático de la estructura y parámetros de consumo de la organización auditada que permite evaluar el progreso de la misma hacia los objetivos marcado.
Los objetivos generales, sea el tipo de auditoría que sea, que se tienen que tener en cuenta cuando se está realizando una auditoría son los que se indican a continuación:
  • Obtención de un conocimiento claro del consumo energético y su coste asociado.
  • Evaluar el funcionamiento de los equipos, rendimientos, horas de trabajo,…
  • Identificación de los factores que afectan al consumo de energía.
  • Detección y evaluación de las distintas oportunidades de ahorro, mejora de eficiencia y diversificación de energía, su repercusión en coste energético y de mantenimiento, así como otros beneficios y costes asociados.
Los objetivos los podemos resumir en la siguiente frase: “El auditor tiene que conocer como respira energéticamente el edificio u organización auditada para poder proponer medidas que reduzcan el consumo energético”.
Una auditoría energética puede ser tener varias clasificaciones, a continuación se muestran las más comunes:
Si tenemos en cuenta por el tipo de organización o sector en la que se va a realizar, la auditoria energética puede ser:
  • En el sector vivienda.
  • En el sector del pequeño terciario.
  • En el sector del gran terciario.
  • En el sector servicios.
  • En el sector industria.
  • En el sector agrícola.
Si nos fijamos en el alcance que esta puede tener, la auditoria puede ser:
  • Auditoría Parcial, ya que se estudian solamente ciertas instalaciones
  • Auditoría Total, se estudia la totalidad del Edificio u organización.
Desde el punto de vista del momento o fase en que se desarrolla la auditoria, esta puede ser:
  • Auditoría de proyecto, en la que se estudia por lo tanto el diseño.
  • Auditoría de obra, aplicándose a la forma de ejecución del proyecto.
  • Auditoría de edificio u organización en servicio, la auditoría se realiza con las instalaciones en funcionamiento y normalmente con cierta antigüedad. Esta es la modalidad que aquí se estudia.
Por el tipo de análisis y desarrollo de los trabajos existen tres niveles de auditorías que inciden sobre el alcance y profundidad de los resultados de la misma. Los niveles de auditoría básicos son tres en orden de complejidad:
Nivel 1.- La inspección energética.
Este tipo de actividad se ciñe a una visualización de cada uno de los componentes y sistemas que requiere el sistema energético. Requerirá de una evaluación primaria de los consumos, recopilación de datos básicos como planos de implantación general, facturas energéticas y encuestas de explotación y uso.
2. Definición, objetivos de una auditoría energética y clasificaciones
Con los anteriores datos de partida se conseguirá una primera evaluación y análisis de las cantidades y demandas energéticas. Forma de consumir la misma y comparación con los valores medios conocidos por otras experiencias similares. Este nivel servirá para conocer el estado documental de la organización y recopilar la información más relevante.
Los resultados y conclusiones que se consigue con este nivel da una idea al auditor de cuales pueden llegar a ser los ahorros energéticos potenciales y, por ende, los económicos.
Este nivel es clave para saber si la auditoría sigue adelante, utilizando estos datos para ofertar si es que se trata de un servicio contratado o por el contrario la auditoría se queda en este nivel ya que el edificio u organización no tiene potencial de ahorro energético
Nivel 2.- La auditoria energética.
Este nivel, se puede considerar como auditoria energética estándar.
Pretende conocer el rendimiento de la instalación mediante el análisis y conocimiento de la demanda energética de la organización, bien por los cálculos justificativos de proyecto o bien por inspección y toma de datos en campo
En esta auditoría se calcula la cantidad de energía que se usa para cubrir demanda y las pérdidas asociadas a la misma. Esto se consigue mediante el conocimiento, análisis y revisión detallada de las instalaciones, equipos y sistemas, así como su explotación y operación.
El análisis incluye una toma de datos, mediciones y comprobaciones de los parámetros que cuantifican la cantidad de energía final usada para cubrir la demanda y la eficiencia con la que los sistemas transforman o generan dicha energía.
Una vez terminada la fase de datos la auditoria energética arrojará unos resultados o conclusiones sobre el estado actual de las instalaciones, equipos y sistemas.
Además, propondrá que mejoras deberán de realizarse para conseguir aumentar la eficiencia energética del sistema, entendiendo esta como la reducción del gasto energético necesario para cubrir la demanda energética del edificio.
Este nivel de auditorías suele contemplar análisis económico y recomendaciones de medidas a implantar.
A partir de ahora, cuando nos refiramos a una auditoria energética, nos referiremos a este nivel de desarrollo.
Nivel 3.- Simulación Computacional
Para un conocimiento de los valores de demanda energética del edifico y del gasto energético necesario para cubrir la demanda, a veces, se recurre al software, de tal manera que el auditor energético desarrollará una simulación computacional del inmueble o edificio a auditar, de las instalaciones, de los flujos de transferencia térmica entre procesos productivos o incluso software para la optimización de tiempos de producción.
El tipo de simulación más habitual es la simulación de cargas térmicas en edificios en la que se tiene en cuenta la estacionalidad de las condiciones atmosféricas exteriores durante un periodo dado, generalmente un año, así como los comportamientos de los sistemas energéticos frente a perturbaciones dadas. Por citar algún software de simulación energética ponemos como ejemplo a TRNSYS, BLAST, DOE-2, POWER DOE, ENERGY PLUS, CYPE, TRACE600 de la marca de equipos Trane o HAP de la marca de equipos Carrier)
Una vez establecido el comportamiento básico del edificio actual respecto a cargas térmicas y demandas energéticas se puede analizar las mejoras a introducir ya que permitirá obtener los consumos registrados con cada alternativa y así elegir la propuesta de mejora que nos convenga.
Los valores de estas simulaciones no debemos de tratarlos con valor absoluto, sino más bien de forma relativa, pudiendo así clasificar nuestras medidas en función del ahorro energético.
En los siguientes apartados se definen las fases generales de que puede constar una auditoría, las cuales se pueden ver en el siguiente esquema.
3. Primera fase. Información preliminar
Se trata de la primera toma de contacto, la cual se realiza por un lado con los responsables de la organización auditada y por otro con las instalaciones a auditar.
Los objetivos de esta fase como se verá a continuación son muchos por lo que, dependiendo del tamaño de la organización a auditar, habrá que realizar más de una reunión.
Toma de contacto con los responsables de la organización
En esta parte se tendrá una entrevista con los responsables del edificio y se recogerán informaciones relacionadas con el mismo. En esta reunión previa deberían de estar presentes alguien de la dirección de la empresa o representante y el responsable de mantenimiento o responsable designado para acompañarnos a lo largo de todas las posteriores visitas de campo.
Es preciso establecer claramente los objetivos y necesidades de los responsables del edificio y conocer lo que esperan conseguir con el servicio poner. El auditor por su parte tiene que poner en su conocimiento cuáles son los objetivos genéricos de estos servicios y cuáles suelen ser sus resultados
La forma de que el cliente sepa con quién tiene que poner en contacto al equipo auditor es explicándole en qué consiste la auditoría energética, qué actuaciones se van a llevar a cabo y cómo, es decir, contar cuestiones prácticas: “voy a mirar todos los cuadros eléctricos”, “voy a visitar la sala de calderas y realizaré análisis de humos de combustión y tomaré medidas de temperaturas con un termómetro”, por ejemplo.
El responsable designado por la organización debe conocer y tener acceso a todas las instalaciones, normalmente este responsable es el encargado de mantenimiento.
Debemos transmitir al responsable designado el principal objetivo de la auditoría energética aclarándole que este objetivo no es la evaluación de la buena o mala realización de su trabajo. Hay que indicarle que el auditor no viene a causar problemas sino precisamente a solucionarlos ya que a través de su trabajo va a proponer la sustitución de equipamiento o instalaciones antiguas o con un mal funcionamiento. Es común por esta razón que el responsable de mantenimiento tenga una actitud poco colaboradora ya que se encuentra con un personal exterior a la organización que va a investigar y desmenuzar todos los equipamientos que tienen que ver con el consumo de energía. Es importante tener un trato cordial con el responsable ya que este puede facilitar o dificultar el trabajo de campo.
Durante las visitas a las instalaciones, durante el tiempo en el que el personal encargado tiene que atender al equipo auditor no puede ejecutar su trabajo habitual, por lo que en ocasiones se pueden mostrar no muy participativos. Debe quedar reflejado ante sus superiores el trabajo que están realizando, o si es el director de la planta el que te atiende, comentarle las ventajas que va a obtener su fábrica mediante la realización del estudio.
Hay que establecer canales de comunicación entre uno o varios interlocutores de la organización y el auditor, para garantizar una buena transmisión de datos e información.
La organización y el auditor deben pactar y definir el lugar donde se llevará a cabo la auditoría (las instalaciones, servicios…), así como el alcance técnico de ésta, es decir la profundidad del análisis y el nivel de detalle. Ambos aspectos deben estar especificados, bien definidos y documentados antes de que comience a realizarse la auditoría. Por otro lado también hay que pactar las fechas y plazos de entrega por lo que es conveniente realizar un cronograma de trabajo conjunto entre las dos partes.
En esta reunión hay que solicitar a la organización tanto en papel como en formato digital la información, datos y documentación necesaria para llevar a cabo la auditoría, siendo aconsejable que la solicitud se lleve a cabo por escrito.
A continuación, se incluye una relación de la información normalmente necesaria para la realización de la Auditoría que, aunque no se podrá disponer fácilmente de ella, es muy importante obtenerla de forma previa al inicio de los trabajos y actualizada con las últimas reformas realizadas:
  • Histórico de facturación energética de al menos un año completo. Este histórico se realizará con las facturas referentes a los distintos suministros energéticos tal como eléctricos, gasoil, propano, gas natural, biomasa, etc. Es muy importante que, sobre todo en el caso del consumo eléctrico, se pidan las facturas en las que aparezca tanto los términos fijos como los términos variables.
  • Proyecto del inmueble o instalaciones a auditar si es posible “as built”. No solo de los equipamientos o inmueble original sino también de posibles reformas realizadas. Los documentos que se pueden pedir son los siguientes:
    • Memoria de calidades.
    • Presupuesto.
    • Planos constructivos generales del inmueble (alzado, distribución de dependencias en el caso de edificios o distribución de actividades del proceso productivo.
    • Planos de instalaciones con identificación ubicación de equipos de climatización y alumbrado).
    • Principales planos eléctricos, unifilares, etc.
    • Esquemas de principio de los sistemas de calefacción, refrigeración, ACS y ventilación
  • Copias de posibles auditorías o estudios anteriores sobre el inmueble o instalaciones.
  • Información general sobre el edificio y las instalaciones que lo componen, tamaño, situación geográfica, historia, etc.
  • Informes de comunicación con los usuarios del edificio y posibles actas de reuniones mantenidas con relación a este tema.
  • Certificados de rendimientos de calderas realizados en los mantenimientos periódicos.
  • Otros estudios relacionados, si existen.
Con esta reunión trataremos de recopilar la mayor cantidad de datos sobre el inmueble, instalaciones, ocupantes, proceso productivo, etc. Siendo la información más importante o común que se debe conocer la siguiente:
  • Datos generales del cliente y de identificación del edificio.
  • Datos de ubicación del edificio, orientaciones, datos climáticos, etc.
  • Preguntar si existen problemas constructivos o de funcionamiento en las instalaciones o equipos técnicos.
  • Preguntar el régimen de uso en el caso de estar auditando a un edificio o el histórico de fabricación y turnos en el caso de la industria. El auditor debe conocer las características del trabajo desarrollado.
  • Preguntar si hay proyectada alguna reforma del inmueble, proceso o instalaciones consumidoras de energía.
  • Preguntar la existencia o uso de energías renovables (tipo, porcentaje de aporte, características de esta, potencia, etc)
  • Conocer las características materiales de los edificios, sus instalaciones, su régimen de uso, sus condiciones ambientales… y las características del trabajo desarrollado.
Toma de contacto con las instalaciones a auditar.
Se trata de la primera visita a las instalaciones a auditar. Gracias a esta etapa se podrán detectar algunos problemas o deficiencias (humedades, goteras…) y también se puede contrastar la información recopilada hasta el momento sobre el edificio.
Es esencial realizar la inspección con la ayuda del encargado de mantenimiento ya que es el que mejor conoce el estado del inmueble o instalaciones.
En esta fase se realizará la primera toma de datos e imágenes.
4. Segunda fase. Estado de las instalaciones, recogida de datos y mediciones.
Es el momento del trabajo de campo. Antes de pasar a esta fase es conveniente haber revisado la documentación recopilada en la primera fase no solo para tener una visión global de lo que se va a auditar sino para realizar la visita con un cuestionario adaptado al edificio u organización en el que deben aparecer todos los datos que nos faltan y que es necesario tener para realizar la auditoría.
Esta fase se puede dividir en dos partes aunque ambas se van a realizar en el mismo espacio temporal. Se trata de la parte de Inventario de Instalaciones y de la Toma de Medidas.
4.1. Inventario de equipos consumidores y datos de campo
En esta fase no solo vamos a recopilar la información que nos falta, sino que también debemos verificar que los datos que tenemos a través de documentación recopilada en la fase anterior es correcta. No siempre lo que aparece en planos es lo que realmente está implantado en obra.
Por tanto el principal objetivo de esta fase es realizar el inventario de todas las instalaciones indicando para cada una de ellas toda la información posible, debiéndose analizar:
  1. Características constructivas: el objetivo de estas es determinar el comportamiento térmico del edificio. Debemos conocer la composición de la envolvente térmica, orientación del edificio, tipo de cubierta, la antigüedad del edificio, superficies, alturas. Es muy importante conocer las características de los huecos acristalados, a este respecto deberemos saber:
  1. Identificación….
  2. Material de carpintería (madera, aluminio normal, aluminio con rotura de puente térmico, acero,…).
  3. Sistema de apertura (oscilante, corrediza….).
  4. Tipo de acristalamiento (sencillo, doble hoja, separación entre hojas…).
  5. Tratamiento especiales (de baja emisividad…).
  6. Coeficiente de transmisión térmica del hueco acristalado (si se tiene acceso).
  7. Cierre adicional (cortina, persiana interior, persiana exterior,…).
  8. Clase de permeabilidad al aire (si se tiene acceso a él).
  9. Superficies totales….
Respecto a los cerramientos de la envolvente del edificio hay que conocer:
  1. Cerramiento (fachadas exteriores, muros medianeros, cubiertas, forjados al exterior, soleras…).
  2. Identificación: descripción (ladrillo macizo, ladrillo hueco, hormigón…).
  1. Espesor total de cerramiento.
  2. Coeficiente de transmisión térmica del cerramiento.
  3. Aislamiento (espesor…).
  4. Superficie (por orientación, total,…).
  5. Superficie total envolvente del edificio.
  6. Otros datos constructivos (factor de forma, KG…), identificación y localización de puentes (metros lineales o cuadrados…)
Ejemplos de definiciones:
  • Cerramiento de fachadas exteriores: muro de piedra macizo, doble tabique de ladrillo con o sin acristalamiento, muro cortina….
  • Cerramientos en cubiertas: inclinada con cámara de aire, chapa sandwich, placa de hormigón, cubierta invertida…
  • Cerramientos forjados exteriores: normal de hormigón, aligerado hormigón, bovedilla cerámica, prefabricado de hormigón…
  • Soleras: hormigón sin cámara, con cámara ventilada
  1. Suministros energéticos: tipos de fuentes energéticas utilizadas. Condiciones de suministro y consumo de ELECTRICIDAD y de COMBUSTIBLES. Distribuciones y mediciones de consumo eléctrico, esquema de la instalación. Instalaciones de almacenamiento y distribución de combustible. Análisis de las curvas de consumo del edificio, cuanto más facturas o tiempo se disponga para hacer las mediciones, más completos serán los datos de partida.
  2. Iluminación natural y artificial (tanto interior como exterior). Inventario de toda la iluminación artificial indicando:
  1. Plano de alumbrado de edificio, naves, almacenes, oficinas, zonas exteriores. Sectorización de la iluminación.
  2. Inventario de todas las lámparas y luminarias (tipo de luminaria, de lámpara, de equipo auxiliar de encendido).
  3. Inventario de los sistemas de encendido de la iluminación (interruptor manual, por cuadro eléctrico, detección de presencia, nivel de iluminación…).
  4. Características del alumbrado en función de su utilización en los diferentes recintos.
  5. Mantenimiento de las instalaciones.
  6. Análisis de las posibilidades de iluminación natural en los recintos.
  7. Consigna de horarios y/o protocolo de uso.
·  Acondicionamiento térmico del inmueble, calefacción, refrigeración, calidad del aire y ventilación. Debemos conocer la potencia eléctrica instalada por cada dependencia, rendimientos térmicos de los equipos, potencias térmicas y frigoríficas de los mismos. Es esencial comprobar, mediante el resultado de las mediciones de las condiciones interiores, el dimensionamiento de los equipos en función de la carga a combatir.
·  Sistema de agua caliente sanitaria (ACS). Características generales del sistema de A.C.S, producción, acumulación, distribución y regulación.
·  Motores. Inventario de motores indicando uso, potencia, marca, modelo, tipo de regulación. Análisis de posibilidades de instalación de variadores de frecuencia.
·  Sistemas de producción de aire comprimido y red de distribución.
·  Central térmica: calderas de agua caliente, generadores de vapor, aceite térmico y gases calientes, y red de distribución de éstos.
·  Central frigorífica: equipos de producción de agua refrigerada, sistemas de condensación, redes de distribución y refrigerantes utilizados.
·  Elementos terminales emisores y cambiadores de calor del sistema de climatización.
·  Acometida y distribución de agua potable, grupos de presión, regulación, control de caudales.
·  Otras instalaciones: grupos electrógenos, baterías de condensadores, plantas depuradoras de agua, sistemas de transporte interior de materias y productos, etc.
·  Sistemas existentes de autoproducción de energía.
·  Estudio del sistema productivo:
  1. Diagramas de flujo de materias primas y productos.
  2. Descripción de funcionamiento y operación del procesos.
  3. Listado e inventario de grandes consumidores.
  4. Listado de Subprocesos dentro del proceso.
  5. Características técnicas nominales de los grandes consumidores de energía.
  6. Estado general de la planta y de los grandes consumidores que participan en el proceso.
  7. Descriptivos de funcionamiento de grandes consumidores, sistemas térmicos y subprocesos.
  8. Datos de producción (preferentemente horarios).
En general para el inventario de los equipos consumidores es importante saber principalmente marca y modelo, potencia eléctrica consumida, rendimiento energético, zona o estancias a las que abastecen, tiempo de funcionamiento anual (no se suele saber exacto por lo que hay que realizar estimaciones con ayuda del personal técnico que nos acompaña y con el personal que utiliza esas instalaciones.
Para la toma de estos datos se puede disponer de cuestionarios tipo, de los cuales se tomarán aquellas partes aplicables a la empresa a auditar, teniendo en cuenta en todo momento la información que ya ha sido facilitada en las primeras fases de la Auditoria. Además se deben realizar entrevistas personales sobre las filosofías de operación de funcionamiento, horas de trabajo, etc.
Parte de estos datos pueden proceder del propio cliente, otros se conseguirán a través de fabricantes o, simplemente, dispondrá de ellos como parte de la documentación de referencia.
En cuanto a auditorías energéticas en sectores distintos al de la edificación (como por ejemplo el industrial) es necesario analizar el proceso de producción.
Se deben analizar las operaciones de la organización y cada uno de los equipos consumidores de energía, identificando qué parte de los procesos tienen un consumo energético mayor, determinando el potencial de reducción de este consumo y definiendo propuestas de mejora. Acciones que deben realizarse:
  • Conocer bien las implicaciones energéticas del proceso de producción y el grado de utilización de la capacidad productiva de la instalación.
  • Identificar las principales operaciones básicas, las líneas de proceso independientes y las secuenciales o encadenadas.
  • Identificar y caracterizar la forma o formas de energía que utiliza cada operación básica, los sistemas y equipos que la desarrollan, sus vínculos con otras operaciones y los flujos másicos involucrados, de manera que se puedan asignar costes energéticos por proceso o por producto.
  • Conocer el horario de operación de planta de fabricación y el de los sistemas y equipos consumidores de energía que la componen.
  • Conocer el régimen del establecimiento (nº de empleados, estacionalidad del proceso, nº de días semanales que funciona…)
  • Registrar (calcular o estimar, si no es posible hacer mediciones) y analizar los consumos de los principales equipos, sistemas o partes del proceso.
  • Analizar el estado de conservación de los equipos y sistemas, así como sus características técnicas.
4.2. Toma de mediciones
Es muy importante planificar las mediciones que se deben realizar en función del tipo de instalaciones, actividades desarrolladas, horarios de funcionamiento, etc. con objeto de prever y preparar los equipos de medida necesarios, la duración de las mediciones, etc.
Existen básicamente dos tipos de mediciones:
  • Mediciones puntuales o discretas. Son mediciones que se realizan en un instante dado de funcionamiento de la instalación. Es este tipo de medición no está la variable tiempo. Por ejemplo pueden ser mediciones de este tipo (medidas de amperaje instantáneo, medidas de nivel lumínico, medidas de rendimiento, etc.).
  • Mediciones temporales o continuas. Como su propio nombre indica son mediciones en las que si va a estar la variable tiempo, es por esto que se va a generar un documento de histórico de esta medición. Los equipos para estas mediciones disponen por tanto de memoria en la que guardan las mediciones de los parámetros que miden. Este tipo de mediciones es recomendable empezar a hacerlas desde el primer momento en que da comienzo la auditoría ya que es una actividad que puede abarcar mucho tiempo y por tanto ser un trabajo crítico en la duración total de la auditoría energética.
A mayor número de tomas de la medición o mayor duración temporal se obtendrá una mayor exactitud en la misma.
Antes de realizar las mediciones debe conocerse el patrón de funcionamiento de la instalación y relacionarlo con los resultados obtenidos en la recogida de datos y en la medición. Estos resultados pueden servir como análisis de la situación existente y como análisis y evaluación de medidas de ahorro concretas.
Hay determinados equipos técnicos que se utilizan para la realización de las mediciones y recogidas de datos, que deben ser manejados por personal técnico cualificado. Todos los aparatos que se utilicen deben estar homologados y calibrados.
A continuación vamos a enumerar los equipos que se utilizan habitualmente en una auditoría energética siendo en capítulos posteriores donde se describan en profundidad la utilización, parámetros, cálculos y resultados que se pueden obtener de los mismos. Estos son:
  • Analizador de redes eléctricas.
  • Analizador de gases de combustión.
  • Luxómetro.
  • Caudalímetro.
  • Cámara termográfica.
  • Anemómetro/termohigrómetro.
  • Data Logger.
  • Medidores de infiltraciones.
  • Cámara fotográfica.
  • Ordenador portátil.
  • Herramientas varias.
  • Material de seguridad.
Como resultado de las mediciones temporales con equipos, se generan unos ficheros informáticos que hay que tratar con programas específicos (del fabricante del equipo) o bien pueden ser manipulados con hojas de cálculo (Microsoft Excel). También resulta interesante meter en hojas de cálculo datos de inventario de instalaciones, consumos mensuales de energía eléctrica o de combustibles. La hoja de cálculo además de facilitar el cálculo con los diferentes parámetros también presenta la ventaja de poder generar representaciones gráficas de los mismos con las diversas instalaciones medidas y a diferentes horarios.
Criterios que se deben seguir para realizar las mediciones y toma de datos:
  • Informar previamente a la organización y acordar con ella aquellos aspectos que sea necesario.
  • Evitar que los operadores del establecimiento modifiquen sus prácticas y puntos de consigna habituales. Si es necesario se les ocultará la realización de la medición.
  • Evitar o reducir al mínimo posible las molestias a la organización y las personas que la integran.
  • Utilizar los equipos adecuados.
  • Respetar las medidas de seguridad para personas y equipos.
5. Tercera fase. Tratamiento de la información.
Esta fase se puede subdividir en varias acciones. El objetivo de esta fase es el de “sacar en claro” toda la información (documentación en papel, facturas energéticas, inventarios, imágenes, mediciones, anotaciones, ideas, etc) recogida durante las anteriores fases de la auditoría.
Las acciones más importantes que pueden conformar esta fase se presentan y desarrollan a continuación.
5.1. Análisis de los inventarios y mediciones tomadas en campo
En esta parte el auditor energético tiene que trabajar, ordenar y sacar ideas claras de toda la información recopilada hasta el momento.
Con los datos recopilados se procederá a la elaboración de un diagnóstico que permita conocer la situación actual en cuanto a consumos y optimizar los equipos y procesos de la empresa de cara al ahorro energético. Incluirá los siguientes puntos:
  • Cálculo de los balances de materia y energía.
  • Cálculo de rendimientos y consumos específicos.
  • Descripción de los sistemas utilizados, indicando las características, adecuación tecnológica, consumos, pérdidas y rendimientos de los diferentes equipos, procesos e instalaciones.
  • Nivel de servicio, analizando la sobreutilización o infrautilización de las instalaciones respecto a su nivel óptimo.
  • Diagramas de flujo de energía.
Al igual que ocurre en las siguientes partes de esta fase el auditor tiene que analizar los datos e información teniendo como principal objetivo el de detectar deficiencias energéticas que puedan solucionarse mediante actuaciones o medidas de ahorro energético que corrijan esas deficiencias.
No hay que olvidar que el objetivo primordial de una auditoría energética detectar y evaluar las distintas oportunidades de ahorro, mejora de eficiencia y diversificación de energía, su repercusión en coste energético y de mantenimiento, así como otros beneficios y costes asociados.
El tratamiento de la información se tiene que hacer gradualmente junto con la toma de datos y medidas, ya que cualquier deficiencia en estas se puede subsanar en las próximas visitas a las instalaciones.
Durante esta fase de la auditoría, pueden aparecer aspectos del edificio o factoría de los cuales no se haya tenido constancia cuando se realizaron las visitas que influyan en el comportamiento energético de la misma, por lo que en ocasiones es necesario realizar alguna visita con posterioridad o realizar alguna otra medición si los datos obtenidos observamos que no son coherentes o pueden variar en gran cuantía en función del periodo de tiempo en que se hayan realizado.
El elevado número de datos implica la utilización de programas informáticos para su análisis que elevan el grado de precisión para la evaluación de los resultados a obtener tras ejecutar las propuestas de mejora. Los programas más utilizados son las hojas de cálculo tipo Excel, un buen auditor energético es experto en el manejo de este tipo de programas.
Por esta razón el auditor tiene que disponer de información actualizada acerca de nuevas tecnologías, nuevos equipos, evolución de los mercados y desarrollo normativo para poder concluir de forma certera con las propuestas elaboradas.
5.2. Estudio de las facturaciones energéticas
A partir de los resultados anteriores, y del conocimiento de las tarifas, debe realizarse un estudio de las condiciones de contratación de los suministros de energía (electricidad y combustibles), con objeto de identificar cuáles son las condiciones contractuales más ventajosas para la organización, en función de su tipología y la forma en que consume la electricidad y los combustibles (curvas de carga).
Para ello, es preciso conocer al detalle la estructura tarifaria de los diferentes suministros energéticos.
5.3. Realización de un balance energético
El objetivo de la contabilidad energética es asignar el consumo de energía a equipos, sistemas, operaciones, o cualquier otra división, que se considere efectiva, para conseguir los objetivos de la auditoría energética. La precisión de la contabilidad energética de cada equipo o sistema debe ser proporcional a la relevancia de su consumo y a las posibilidades de ahorrar implantando alguna medida.
El resultado de la contabilidad energética debe corresponder a un año tipo o de referencia en cuando a consumos de energía y a su coste. Es aconsejable detectar su relación con la producción o el servicio prestado.
La contabilidad energética debe definir:
  • Generación, consumos energéticos y sus costes.
  • Balance energético de los consumos por tipos de instalaciones (iluminación, climatización, motores, aire comprimido, etc.).
  • Balance energético de los consumos por tipo de energía (electricidad, gas natural, gasóleo, biomasa, etc.).
  • Perfil temporal de consumo para cada fuente que se considere de interés por el auditor. La amplitud de este perfil será al menos un año.
  • Precio medio de cada forma de energía en el año tipo considerado.
  • Ratios de generación, consumo y/o consumos específicos significativos (ratios energéticos significativos: consumo energético por operaciones y por cantidad de producto producido o materia procesada, en la industria, y el o los que se consideren más representativos del desempeño energético, en los sectores primario y terciario).
Una contabilidad energética se realiza a partir de:
  • Curvas de cargas facilitadas por la organización o suministrador de energía (construidas a partir de contadores homologados, de precisión conocida y con calibración actualizada).
  • Facturas de los suministradores energéticos.
  • Registros de contadores propios de la organización (previa comprobación de su precisión).
  • Toma de datos, mediciones y registros realizados durante la auditoría.
5.4. Estudio de ratios energéticos
Los ratios energéticos son parámetros absolutos y relativos que permiten conocer el estado del edificio o industria desde un punto de vista energético por comparación con los correspondientes a otras organizaciones similares o su evolución en el tiempo.
Los ratios energéticos absolutos son propiedades o cualidades de la organización sea un edificio o una industria. Los ratios absolutos suelen ser:
  • Ocupación máxima, superficie, altura, etc. en caso de edificios.
  • Número de empleados, producción máxima en caso de industria.
  • Potencias totales instaladas en cada sistema.
  • Consumos totales de cada una de las energías.
  • Horas de funcionamiento al año, etc.
Por otro lado los ratios energéticos relativos son características de la organización relacionadas con algún parámetro relativo. En cuanto a los ratios relativos:
  • Potencias instaladas en cada sistema por unidad de superficie en el caso de edificios.
  • Potencias instaladas en cada sistema por unidad de producto en el caso de industria.
  • Consumo de cada una de las energías por unidad de superficie en caso de edificios y por unidad de producto o nivel de producción en caso de industria.
  • Consumo en cada ciclo de operación de una determinada actividad o subproceso.
6. Cuarta fase. Análisis de mejoras energéticas
Los objetivos de las mejoras deben conseguirse a través del ahorro, la utilización de la fuente y forma de energía más adecuada a cada necesidad, y su uso racional. Estos objetivos deben ser:
  • Reducción del consumo energético.
  • Reducción del coste asociado a este consumo.
  • Diversificación de la forma de energía consumida hacia otras más baratas, limpias, de menos impacto ambiental, de origen endógeno, de abastecimiento más seguro… para aumentar la eficiencia en su consumo final, o que supongan un menor consumo de energía primaria equivalente.
  • Aumento de la eficiencia o reducción del consumo específico de alguna división de la organización.
  • Uso o implantación de mejores tecnologías disponibles y viables técnico-económicamente.
  • En el caso de que exista una generación de energía, el objetivo es aumentar la producción y el rendimiento y disminuir las pérdidas.
6.1. Desarrollo de las mejoras
Para desarrollar una mejora, deben analizarse:
  1. Viabilidad técnico-económica de la mejora. Este punto es el que, en la mayoría de los casos, indicará si la medida se va a proponer finalmente o no. Es por tanto muy importante por lo que se desarrollará en apartados posteriores desde el punto de vista económico.
    1. Viabilidad técnica. En este punto se estudia si la mejora detectada se puede llevar a cabo técnicamente. Por ejemplo podemos estudiar la sustitución de una caldera de gasoil por otra de gas natural, esta medida no es viable técnicamente si al edificio o industria no le llega red de gas natural.
    2. Ahorro energético anual previsto (calculado por la diferencia entre la situación actual y la futura). Este cálculo debe realizarse tanto en energía final como primaria, indicándose los factores de conversión empleados y la fuente.
    3. Factores económicos (ahorro anual derivado del energético, otros ahorros indirectamente relacionados, nuevos costes de operación y mantenimiento, inversión necesaria y plazo de recuperación).
  2. Situación actual (descripción del sistema afectado, desempeño energético y motivo de la propuesta de mejora).
  3. Concepto de la mejora: descripción (para justificar el origen del ahorro, de las operaciones, actuaciones, instalaciones y modificaciones que se tengan que realizar), descripción de los equipos y/o materiales a utilizar y, en caso de haber más de una forma de llevar a cabo una mejora, justificación de la opción elegida.
  4. Situación futura (descripción de la situación que se obtendría si se realizara una mejora).
  5. Variables ambientales (cuantificación de la variación de emisiones de CO2 equivalentes. Deben indicarse los factores de conversión empleados y la fuente).
6.2. Viabilidad técnico económica de las mejoras
Para el análisis de la viabilidad técnica y económica de la mejora en estudio no basta con identificarla, sino que hay que hacer una descripción detallada de la misma de acuerdo a las circunstancias particulares de la organización en estudio. Es decir, habrá que preparar un estudio de detalle o anteproyecto para su posterior valoración económica, en el que se relacionen:
  • Equipos principales que habría que adquirir o modificar.
  • Identificación y cuantificación de los materiales, mano de obra a emplear. La exactitud de las mediciones de estos parámetros habrá que definirla en función de la profundidad de la auditoría pactada con la organización.
  • Licencias y permisos.
  • Plazos de ejecución.
  • Cuánto tiempo funciona la instalación en cuestión en la actualidad y cuánto después de la reforma.
  • Interferencias con otras instalaciones (paradas).
También, hay que tener en cuenta otros factores, como por ejemplo, si la reforma o nueva instalación es técnicamente viable por espacio físico, si causa perjuicio a los ocupantes o las actividades desarrolladas, la adecuación de las instalaciones desde el punto de vista de seguridad, sus implicaciones ambientales, etc.
Es importante también establecer la vida útil o periodo de vigencia de la instalación, para poder realizar algunos de los cálculos económicos que se presentan a continuación.
6.2.1. Cálculo del ahorro energético de las mejoras
La identificación previa de las mejoras se ha fundamentado en una estimación genérica de la reducción del consumo energético obtenida por referencia a actuaciones similares previas o documentada en la bibliografía técnicamente contrastable. No obstante, para poder realizar el posterior estudio de viabilidad económica es preciso realizar un cálculo del ahorro energético específicamente para el caso en estudio.
Además, los costes de explotación no son únicamente los correspondientes a los consumos energéticos sino, que también, se deben tener en cuenta posibles implicaciones de la mejora en los costes de mantenimiento, de sustitución, ambientales, etc.
6.2.2. Cálculo de la inversión de la mejora
Una vez que se dispone de una descripción de los equipos que habría que adquirir y los trabajos que sería preciso realizar, hay que valorarlos de acuerdo a los precios vigentes en el mercado.
Para ello, habrá que disponer de listados de precios de equipos, materiales y mano de obra.
6.2.3. Análisis económico básico
A este nivel de análisis, los parámetros de evaluación no tienen en cuenta el valor del dinero a lo largo del tiempo
Mediante las fases anteriores de la auditoría energética, se han identificado y definido una serie de medidas de ahorro de energía cuya implantación puede tener bajo coste o bien requerir una inversión importante. Salvo circunstancias especiales justificadas por razones sanitarias, legales, etc, nunca se acometerá una reforma o nueva instalación sin justificar previamente su ventaja económica.
Existen varios métodos que permiten evaluar económicamente la rentabilidad de las diferentes medidas que pudieran introducirse y que requieren una inversión significativa.
Todos ellos se basan en analizar una serie de parámetros indicadores de rentabilidad económica, que de forma rápida y sencilla indican la conveniencia o no de una determinada inversión. Para calcular dichos indicadores es preciso haberlo cuantificado previamente.
El IDAE, a la hora de considerar inversiones, lo tiene claro: “Es razonable cualquier instalación eficiente cuyo COSTE ELEGIBLE sea menor de 10 años. El coste elegible es la diferencia entre la solución tradicional y la eficiente. Tiene lógica, porque si tarda más en amortizarse probablemente no se produzca nunca el retorno económico (la instalación envejece, se renueva, etc.) y si no se da un retorno económico entonces, muy probablemente, tampoco se dará el retorno energético (se habrá gastado más energía en la solución eficiente, que la que se ahorra).
Algunos de los parámetros de rentabilidad más importantes son los siguientes:
Periodo de Retorno Simple
El Periodo de Retorno Simple también es conocido como periodo de amortización bruta o como pay-back simple.
Es el parámetro más directo y sencillo, y por tanto más utilizado en este tipo de trabajos.
Permite establecer si una inversión puede ser recuperada en un tiempo razonable comparado con la vida estimada del equipo. Si el período es inferior a la mitad de la vida estimada se suele considerar rentable la inversión. Se utiliza normalmente cuando solamente se quiere tener en cuenta el "cash-flow"; es decir, la motivación principal es recuperar la inversión lo antes posible con beneficio generado.
donde:
PRS= Período de amortización (años).
I= Coste de inversión, incluye mano de obra y materiales de instalación.
A= es el ahorro anual neto. Se calcula como la diferencia entre el coste anual del consumo de energía, de mantenimiento y operación en la situación actual y esos mismos costes en la situación propuesta por la mejora energética (€/año).
6.2. Viabilidad técnico económica de las mejoras
Rendimiento Bruto de la Inversión
El Rendimiento Bruto de la Inversión se define como la relación porcentual del beneficio obtenido a lo largo de la vida del equipo con respecto a la inversión inicial:
donde:
RBG.= Rendimiento Bruto General de la Inversión (%).
Vu= Vida útil del equipo (año).
Rendimiento Bruto Anual
Un posible criterio para decidirse por la inversión puede ser por ejemplo que el Rendimiento Bruto Anual sea superior al 20 %:
donde:
R.B.A.= Rendimiento Bruto Anual (%/año).
Tasa de Retorno de la Inversión (TRI)
La Tasa de Retorno de la Inversión tiene en cuenta la vida estimada del equipo en cuanto a su depreciación. No hay que confundirlo con el TIR.
Para justificar la inversión es preciso que el TRI correspondiente a la instalación analizada sea mayor que el correspondiente a otras alternativas de inversión.
donde:
D= Depreciación anual del equipo a lo largo de la vida estimada. Si suponemos una depreciación lineal, sería igual al coste de la inversión dividido entre el número de años de vida estimada para el equipo (€/año).
6.2.4. Análisis económico en profundidad
Los parámetros que se presentan en esta sección tienen en cuenta el valor del dinero a lo largo del tiempo, pero obvian por simplicidad, las fluctuaciones en los precios de los combustibles, la inflación y los impuestos.
Se denotará por k al tipo de interés de una inversión sin riesgo. Suele tomarse como referencia el tipo de interés de los Bonos u Obligaciones del Estado al mismo plazo que la vida útil de la mejora.
Valor actualizado neto (VAN)
Se llama valor actual neto de una cantidad S a percibir al cabo de n años con una tasa de interés k, a la cantidad que, si se dispusiera de ella hoy, generaría al cabo de n años la cantidad S.
Este criterio considera los flujos netos generados por la medida implantada durante su vida útil (n) y traslada su valor al momento actual utilizando k como tasa de descuento.
Para cada periodo, normalmente un año, se calculará el flujo neto como la diferencia entre los ahorros energéticos y los costes directos e indirectos asociados a la inversión.
Una inversión es atractiva si su VAN es positivo, y tanto más cuanto mayor sea éste.
Tasa interna de retorno (TIR)
Expresada en porcentaje, la TIR representa la rentabilidad promedio por período generada por un proyecto de inversión. La TIR es la tasa de descuento requerida para que el Valor Actual Neto sea igual a cero.
La TIR es el valor del parámetro r para el cual el VAN de los flujos generados por el proyecto durante su vida útil iguala el valor de la inversión inicial realizada (Io).
Financiación fuera de balance
Se trata de una variante de la financiación tradicional en la cual se analiza la rentabilidad del proyecto y, en función de ésta, la entidad financiera asume el riesgo de la inversión. Los resultados netos de la inversión se dedican preferentemente al pago del préstamo.
Aquí la garantía de la financiación viene dada por la propia inversión, en este caso los ahorros energéticos.
Este tipo de financiación no permite periodos de retorno superiores a siete años, y el tipo de interés es ligeramente superior a los préstamos normales como prima de riesgo a la inversión. Su gran ventaja es el tratamiento como operación fuera de balance, lo que permite que las empresas no vean comprometidos sus ratios de solvencia, al no contar como pasivo el importe de la financiación.
Se tienen la posibilidad de que entre una empresa intermediaria entre el cliente y la entidad financiera que asegure el ahorro energético, son las empresas de servicios energéticos (ESCO o ESE). Si no se llegará a producir el ahorro esperado y asegurado por la empresa ESE, esta se haría cargo del pago.
Financiación por terceros
Cuando la organización no tiene capacidad para llevar a cabo una inversión, puede aceptar que una tercera empresa (empresa de servicios energéticos “ESE”) se haga cargo de ella. En este caso, la ESE realiza la inversión a cambio de recuperarla, bien a través de los ingresos o ahorros que se conseguirán con la puesta en marcha de la misma, bien mediante el pago de una cantidad fija (leasing o renting).
La organización y la ESE pactan un reparto de los ahorros y comparten así los beneficios de la inversión.
7. Quinta fase. Informe final
Una vez desarrollado todo lo anterior debe emitirse un informe en el que se pueda comprobar la labor realizada por el auditor. Dicho informe debe incluir los siguientes aspectos generales:
  • La explicación del objeto y alcance técnico de la auditoría.
  • La descripción detallada de la metodología utilizada y su desarrollo.
  • La descripción del análisis de las propuestas de mejora energética que finalmente se proponen.
Por otro lado se puede complementar con la información que se define a continuación:
  • Introducción teórica: se hace una breve introducción de los principios básicos relacionados con el estudio realizado junto con las normativas relacionadas con ellos.
  • Descripción y valoración del edificio y de sus instalaciones: en esta sección se describe el edificio y sus instalaciones para tener una idea más precisa de la situación actual del edificio y de sus sistemas. La descripción puede acompañarse de un reportaje fotográfico de todas las instalaciones y de las deficiencias detectadas durante la fase de inspección visual.
  • Recogida de medidas: en esta fase se exponen las variables medidas y cómo se llevó a cabo el proceso de medición. Conviene especificar porqué se han elegido esas medidas.
  • Anexos: se pueden incluir anexos de planos cad de implantación de medidas, de imágenes tomadas, de inventario realizado, de datos obtenidos por los equipos de medición, etc.

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