Guía para la gestión de la
prevención de riesgos laborales por exposición al calor
1. Objetivos de la guía
Durante el verano, las
condiciones climáticas a las que pueden encontrarse expuestas las
trabajadoras y los
trabajadores, pueden ser la causa de accidentes de trabajo, algunos de
ellos mortales.
En
la presente Guía para la gestión de la prevención de riesgos laborales por
exposición al calor se analizarán los factores de riesgo y actividades
que pueden provocar problemas de salud, y se detallarán una serie de recomendaciones
preventivas con objeto de evitar o reducir dichos riesgos dentro del ámbito
de aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, Ley 31/95 de 8 de
diciembre de 1995.
2. Efectos sobre la salud por
la exposición a elevadas temperaturas
La exposición humana a
temperaturas ambientales elevadas puede provocar una respuesta fisiológica
insuficiente del sistema termorregulador. El calor excesivo puede alterar
nuestras funciones vitales cuando el organismo es incapaz de compensar las variaciones
de temperatura corporal.
Una temperatura muy elevada
produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios
para el normal funcionamiento
de los distintos órganos.
La exposición a temperaturas
excesivas puede provocar problemas de salud como
síncopes, deshidratación, agotamiento por calor y golpe de calor (con
problemas multiorgánicos que pueden incluir síntomas tales como
inestabilidad en la marcha, convulsiones e incluso el coma).
Además de los posibles efectos
de la exposición al calor que se comentarán con más
detalle a continuación, se
debe tener en cuenta el incremento del nivel de estrés térmico como un
factor que, junto con otros puede dar lugar a accidentes (por ejemplo:
atrapamientos, golpes o caídas
al mismo o distinto nivel derivadas de mareos o
desvanecimientos, etc.).
Síncope por calor
La pérdida de conciencia o
desmayo son signos de alarma de sobrecarga térmica. La permanencia de pie o
inmóvil durante mucho tiempo en un ambiente caluroso con cambio rápido de
postura puede producir una bajada de tensión con disminución de caudal sanguíneo
que llega al cerebro. Normalmente se produce en trabajadores no aclimatados al
principio de la exposición al calor.
Deshidratación y pérdida de
electrolitos
La exposición prolongada al
calor implica una pérdida de agua y electrolitos a través de la sudoración. La
sed no es un buen indicador de la deshidratación. Un fallo en la rehidratación
del cuerpo y en los niveles de electrolitos se traduce en problemas gastrointestinales
y calambres musculares.
Agotamiento por calor
Se produce principalmente
cuando existe una gran deshidratación. Los síntomas incluyen
la pérdida de capacidad de
trabajo, disminución de las habilidades psicomotoras, náuseas, fatiga, etc. Si
no es una situación muy grave, con la rehidratación y el reposo se produce la recuperación
del individuo.
Golpe de calor
Se desarrolla cuando la
termorregulación ha sido superada, y el cuerpo ha utilizado la mayoría de sus
defensas para combatir la hipertermia (aumento de la temperatura interna por
encima de la habitual). Se caracteriza por un incremento elevado de la temperatura
interna por encima de 40,5 °C, y la piel caliente y seca debido a que no se
produce sudoración. En este caso es necesaria la asistencia médica y
hospitalización debido a que las consecuencias pueden mantenerse durante
algunos días.
El impacto de la exposición al
calor excesivo está influido por el envejecimiento fisiológico y las
enfermedades subyacentes. Normalmente un individuo sano tolera una variación de
su temperatura interna de aproximadamente 3ºC sin que sus condiciones físicas y
mentales se alteren de forma importante. A partir de 37ºC se produce una
reacción fisiológica de defensa. Las personas mayores y los niños muy pequeños
son más sensibles a estos cambios de temperatura.
Las ocupaciones más proclives
a una exposición a elevadas temperaturas son las que se
desarrollan al aire libre,
como por ejemplo:
Agricultura
Construcción
Jardinería y mantenimiento
urbano
Explotación forestal
Y aquellas que se desarrollan
en lugares cerrados con altas temperaturas como por ejemplo:
Fundiciones de metales
Panaderías y pastelerías
Hostelería y cocinas
Hornos de ladrillos y cerámica
Lavanderías, etc..
3. Factores de riesgo
asociados con la exposición a altas temperaturas
Factores climáticos
Exposición a temperaturas y
humedades relativas altas.
Ventilación escasa. Al aumentar
la velocidad del aire, disminuye la sensación de calor porque se facilita la
pérdida de calor por convección y por evaporación.
Exposición directa a los rayos
del sol.
Factores relacionados con el
tipo de tarea
Dificultad para suministrar a
los trabajadores agua fresca (por ejemplo: trabajos en el
exterior donde no existe punto
de alimentación de agua).
Realización de trabajo físico
intenso.
Pausas de recuperación
insuficientes. Es preferible descansar a cada hora. A medida que la temperatura
es mayor, las pausas deben ser más largas y frecuentes.
Utilización de equipos de
protección que impidan la evaporación del sudor.
Factores individuales
Pérdida de aclimatación. La aclimatación se consigue en 7-15 días pero desaparece
en tan sólo una semana.
Condición física. La falta de entrenamiento en la ejecución de tareas físicas
intensas constituye un factor de riesgo.
Existencia de antecedentes
médicos, tales como enfermedades del
sistema cardiovascular, de las vías respiratorias, diabetes o insuficiencia
renal.
Ingesta de determinados
medicamentos, tales como antihistamínicos,
diuréticos o antidepresivos.
Consumo de sustancias tóxicas, tales como alcohol o cafeína.
Sobrepeso. Las personas gruesas presentan una menor capacidad para
disipar calor al ambiente.
Edad avanzada. Las personas mayores presentan más riesgo de
deshidratación, ya que con la edad el mecanismo de termorregulación se ve
alterado, produciéndose una
disminución importante de la
sensación de sed.
Hidratación no adecuada: El cuerpo pierde agua por difusión a través de la piel y por
la respiración, pero principalmente la pérdida de agua durante una situación de
estrés térmico se produce mediante la sudoración. La rehidratación bebiendo
agua es efectiva y rápida. El problema es que mantener la hidratación adecuada
no es fácil, debido entre otros factores a que la sensación de sed no es
siempre proporcional a la pérdida de agua.
4. Principales medidas
preventivas a adoptar por las empresas
Limitar las tareas pesadas que requieran un gasto energético elevado. Si es posible,
para la manipulación de cargas, proporcionar ayudas mecánicas que reduzcan
el esfuerzo necesario.
Planificar las tareas más
pesadas en las horas de menos calor,
adaptando, si es necesario, los horarios de trabajo.
Proporcionar agua potable en las proximidades de los puestos de trabajo.
Habilitar zonas de sombra o
locales con aire acondicionado para
el descanso de los trabajadores.
Instalar ventiladores, equipos
de climatización, persianas, estores y toldos
para disminuir la temperatura
en caso de locales cerrados.
Limitar el tiempo o la
intensidad de la exposición, haciendo rotaciones
de tarea
siempre que haya sitios con
menor exposición que lo permitan.
Aumentar la frecuencia de las
pausas de recuperación (cada hora,
por ejemplo).
Procurar vestir con ropas
amplias, de tejido ligero y colores claros. Proteger la
cabeza con gorra o sombrero.
Evitar el trabajo individual,
favoreciendo el trabajo en equipo para facilitar la
supervisión mutua de los trabajadores.
Informar a los trabajadores
sobre los riesgos relacionados con el calor,
sus efectos y las medidas preventivas y de primeros auxilios que hay que
adoptar.
Considerar que es necesario un
periodo de 7 a 15 días para que el trabajador se aclimate al calor.
Cuando se deja de trabajar en condiciones calurosas durante periodos
como las vacaciones o bajas laborales, es necesario volver a aclimatarse al
incorporarse de nuevo al trabajo.
Permitir al trabajador, en la
medida de lo posible, adaptar su propio ritmo de trabajo si la
tarea lo permite.
Verificar las condiciones
meteorológicas de forma frecuente e informar a los
trabajadores. Como buena
práctica en este sentido, se puede consultar la página
web de la Agencia Estatal de
Meteorología (AEMET), e informarse de los
“Avisos
de Fenómenos Meteorológicos
Adversos”, especialmente en lo relativo a
temperaturas máximas en época
estival:
Link:
http://www.aemet.es/es/eltiempo/prediccion/avisos
Las denominaciones,
significados y recomendaciones a la población de los niveles
son los siguientes:
NIVEL VERDE: No existe ningún riesgo meteorológico. No se espera que el
tiempo cause impactos significativos, aunque pueden tener un carácter menor o
local.
NIVEL AMARILLO: No existe riesgo meteorológico para la población en general
aunque sí para alguna actividad concreta. Recomendación: ESTÉ ATENTO.
Manténgase informado de la
predicción meteorológica más actualizada. Algunas actividades al aire libre
pueden verse alteradas.
NIVEL NARANJA: Existe un riesgo meteorológico importante (fenómenos
meteorológicos no habituales y
con cierto grado de peligro para las actividades
usuales). Recomendación: ESTÉ
PREPARADO. Tome precauciones y
manténgase informado de la
predicción meteorológica más actualizada. Las
actividades habituales y al
aire libre pueden verse alteradas.
NIVEL ROJO: El riesgo meteorológico es extremo (fenómenos
meteorológicos no
habituales, de intensidad
excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy
alto). Recomendación: Tome
medidas preventivas y ACTÚE según las
indicaciones de las
autoridades. Manténgase informado de la predicción
meteorológica más actualizada.
Las actividades habituales pueden verse
gravemente alteradas. No viaje
salvo que sea estrictamente necesario.
A nivel europeo, la web
www.meteoalarm.eu, nos proporciona la información más
relevante, para estar
preparados ante una situación de tiempo extremo (excepcional) que
se espere pueda ocurrir en
cualquier lugar de Europa.
En la web se nos alertará
sobre la posible ocurrencia de un fenómeno de tiempo severo, como por ejemplo,
precipitaciones muy fuertes, tormentas muy fuertes, temporales de viento, olas
de calor, incendios, nieblas, nevadas (incluyendo ventiscas) o frío intenso, además
nos alerta sobre fenómenos causados o influidos por un tiempo atmosférico adverso,
tales como aludes, incendios forestales o fenómenos costeros extremos.
De una ojeada se podrá
identificar el lugar de Europa (incluido cualquier punto de España) en el que
el tiempo pueda resultar peligroso. Los colores utilizados en los mapas de esta
página Web nos indican la excepcionalidad del peligro y sus posibles
consecuencias. En el mapa de Europa, cada país participante en este proyecto
aparecerá resaltado con el color de mayor nivel de alerta de los asignados a
los avisos en vigor. Si se selecciona un país en concreto se podrán visualizar
sus avisos nacionales y regionales.
Para los colores asociados a
los niveles de alerta mayor (naranja y rojo) se añaden pictogramas
a la información regional, lo que da una idea del tipo de tiempo que se espera cause
peligro potencial. Seleccionando con el ratón cualquier región dentro de un
país concreto, se hallará información más detallada. Se incluye el periodo de
tiempo en el que se espera se produzca el fenómeno previsto u otros aspectos
adicionales como su intensidad (por ejemplo: cantidades de nieve acumulada,
etc.). Las imágenes que se pueden ver como fondo en este nivel regional,
estarán en consonancia con el fenómeno y su riesgo potencial asociado.
La consulta de estas fuentes
de información permitirá conocer
situaciones de riesgo y adoptar las medidas oportunas para prevenir
accidentes y planificar los trabajos de forma adecuada, especialmente cuando se
desarrollen actividades laborales intensas al aire libre.
5. Principales medidas
preventivas a adoptar por parte de las trabajadoras y trabajadores
Como consejos básicos para
trabajadoras y trabajadores a la hora de prevenir los efectos de las altas
temperaturas durante el trabajo, se recomienda:
Realizar pausas, descansando en lugares frescos y a la sombra.
Evitar beber alcohol y cafeína, ya que deshidratan el cuerpo.
Evitar las comidas calientes y
pesadas. Comer alimentos ligeros como
ensaladas, frutas o zumos (ya que ayudan al cuerpo a recuperar las sales
perdidas por el sudor).
Evitar la exposición directa
de la piel al sol. Utilizar ropa amplia y
ligera, con tejidos claros que absorban el agua y sean permeables al aire. No
quitarse nunca la ropa por mucho calor que haga (la ropa ancha crea una cámara
de aire que ayuda a transpirar).
Proteger la cabeza con casco, gorras o sombreros, según sea el trabajo
realizado.
Utilizar cremas de alta
protección contra el sol.
Beber frecuentemente agua o
bebidas isotónicas. Es conveniente beber
un vaso de agua cada cuarto de hora. No esperar a tener sed para
beber. Beber justo antes, durante e inmediatamente después del
trabajo con exposición al calor.
6. Primeros auxilios en caso
de golpe de calor
Cuando llega el verano y hace
mucho calor, los mecanismos de adaptación de nuestro cuerpo, como el sudor, se
ponen en marcha para mantener estable la temperatura corporal.
Tener que realizar tareas
pesadas o trabajos en el exterior a elevadas temperaturas puede llevar el
cuerpo humano al límite y ocasionar accidentes de trabajo.
El riesgo aumenta a medida que
sube la temperatura, por eso es importante que las empresas y las personas que realizan
trabajos al aire libre o en ambientes calurosos adopten unas sencillas medidas
de prevención y estén atentos a síntomas como fatiga, dolor de cabeza o
vértigo, que pueden ser precursores de problemas más graves como la deshidratación
o el golpe de calor (que en algunos casos llega a ser mortal).
Ante estas situaciones se
recomienda seguir las siguientes pautas para prestar unos primeros auxilios
básicos:
Colocar al trabajador en una
zona a la sombra y en un ambiente frío,
a ser posible.
Debe desvestirse al trabajador
y se recomiendan duchas con agua fría
(15-18ºC).
No debe utilizarse agua más
fría de 15ºC, ya que se produciría una disminución de la pérdida del calor,
debido a una constricción de los vasos sanguíneos cutáneos.
Si el trabajador está consciente, suministrarle agua
fría para beber. Si está inconsciente, colocarlo en posición recostado
sobre un lateral de su cuerpo, con la cabeza ligeramente ladeada, el brazo
inferior atrás, extendido, el superior flexionado hacia adelante y arriba y las
piernas flexionadas, más la superior que la inferior (posición lateral de
seguridad).
Otra posibilidad es cubrir el cuerpo con toallas húmedas,
cambiándolas con frecuencia y, preferiblemente, en combinación con un
ventilador eléctrico o un dispositivo similar, para que la temperatura del
cuerpo disminuya algo más.
Contactar con un médico (llamando al 112) y, si es posible, llevar al
paciente al hospital lo más pronto posible. A menudo, una persona que sufre
un golpe de calor puede precisar oxígeno, administración de suero por
vía intravenosa y, algunas veces, medicación adecuada.
7. Gestión preventiva de los
riesgos laborales por exposición al calor
A la hora de gestionar desde
el punto de vista preventivo en los puestos de trabajo la exposición al calor,
se propone seguir el siguiente ciclo de identificación de riesgos, evaluación
de los mismos, y posterior planificación e implantación de medidas preventivas,
con el objeto de buscar la mejora continua y la prevención de accidentes:
8. Bibliografía
Trabajar con calor. INSHT.
Plan nacional de actuaciones
preventivas de los efectos del exceso de temperaturas
sobre la salud año 2019
NTP 922. Estrés térmico y
sobrecarga térmica: evaluación de los riesgos (I). INSHT.
Formar e informar sobre los riesgos de la exposición al calor
Medir y evaluar resultados
1.Inspeccionar las áreas de trabajo
2.Identificar si existe el
riesgo de exposición al calor
3. Evaluar el riesgo de exposición
al calor
4. Planificar medidas preventivas
5.Implantar medidas
6.Reevaluar los riesgos