lunes, 16 de septiembre de 2019

Guía para la gestión de la prevención de riesgos laborales por exposición al calor


Guía para la gestión de la prevención de riesgos laborales por exposición al calor



1. Objetivos de la guía
Durante el verano, las condiciones climáticas a las que pueden encontrarse expuestas las
trabajadoras y los trabajadores, pueden ser la causa de accidentes de trabajo, algunos de
ellos mortales.
En la presente Guía para la gestión de la prevención de riesgos laborales por exposición al calor se analizarán los factores de riesgo y actividades que pueden provocar problemas de salud, y se detallarán una serie de recomendaciones preventivas con objeto de evitar o reducir dichos riesgos dentro del ámbito de aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, Ley 31/95 de 8 de diciembre de 1995.

2. Efectos sobre la salud por la exposición a elevadas temperaturas
La exposición humana a temperaturas ambientales elevadas puede provocar una respuesta fisiológica insuficiente del sistema termorregulador. El calor excesivo puede alterar nuestras funciones vitales cuando el organismo es incapaz de compensar las variaciones de temperatura corporal.
Una temperatura muy elevada produce pérdida de agua y electrolitos que son necesarios
para el normal funcionamiento de los distintos órganos.
La exposición a temperaturas excesivas puede provocar problemas de salud como síncopes, deshidratación, agotamiento por calor y golpe de calor (con problemas multiorgánicos que pueden incluir síntomas tales como inestabilidad en la marcha, convulsiones e incluso el coma).
Además de los posibles efectos de la exposición al calor que se comentarán con más
detalle a continuación, se debe tener en cuenta el incremento del nivel de estrés térmico como un factor que, junto con otros puede dar lugar a accidentes (por ejemplo:
atrapamientos, golpes o caídas al mismo o distinto nivel derivadas de mareos o
desvanecimientos, etc.).
Síncope por calor
La pérdida de conciencia o desmayo son signos de alarma de sobrecarga térmica. La permanencia de pie o inmóvil durante mucho tiempo en un ambiente caluroso con cambio rápido de postura puede producir una bajada de tensión con disminución de caudal sanguíneo que llega al cerebro. Normalmente se produce en trabajadores no aclimatados al principio de la exposición al calor.
Deshidratación y pérdida de electrolitos
La exposición prolongada al calor implica una pérdida de agua y electrolitos a través de la sudoración. La sed no es un buen indicador de la deshidratación. Un fallo en la rehidratación del cuerpo y en los niveles de electrolitos se traduce en problemas gastrointestinales y calambres musculares.
Agotamiento por calor
Se produce principalmente cuando existe una gran deshidratación. Los síntomas incluyen
la pérdida de capacidad de trabajo, disminución de las habilidades psicomotoras, náuseas, fatiga, etc. Si no es una situación muy grave, con la rehidratación y el reposo se produce la recuperación del individuo.
Golpe de calor
Se desarrolla cuando la termorregulación ha sido superada, y el cuerpo ha utilizado la mayoría de sus defensas para combatir la hipertermia (aumento de la temperatura interna por encima de la habitual). Se caracteriza por un incremento elevado de la temperatura interna por encima de 40,5 °C, y la piel caliente y seca debido a que no se produce sudoración. En este caso es necesaria la asistencia médica y hospitalización debido a que las consecuencias pueden mantenerse durante algunos días.
El impacto de la exposición al calor excesivo está influido por el envejecimiento fisiológico y las enfermedades subyacentes. Normalmente un individuo sano tolera una variación de su temperatura interna de aproximadamente 3ºC sin que sus condiciones físicas y mentales se alteren de forma importante. A partir de 37ºC se produce una reacción fisiológica de defensa. Las personas mayores y los niños muy pequeños son más sensibles a estos cambios de temperatura.
Las ocupaciones más proclives a una exposición a elevadas temperaturas son las que se
desarrollan al aire libre, como por ejemplo:
Agricultura
Construcción
Jardinería y mantenimiento urbano
Explotación forestal
Y aquellas que se desarrollan en lugares cerrados con altas temperaturas como por ejemplo:
Fundiciones de metales
Panaderías y pastelerías
Hostelería y cocinas
Hornos de ladrillos y cerámica
Lavanderías, etc..

3. Factores de riesgo asociados con la exposición a altas temperaturas
Factores climáticos
Exposición a temperaturas y humedades relativas altas.
Ventilación escasa. Al aumentar la velocidad del aire, disminuye la sensación de calor porque se facilita la pérdida de calor por convección y por evaporación.
Exposición directa a los rayos del sol.
Factores relacionados con el tipo de tarea
Dificultad para suministrar a los trabajadores agua fresca (por ejemplo: trabajos en el
exterior donde no existe punto de alimentación de agua).
Realización de trabajo físico intenso.
Pausas de recuperación insuficientes. Es preferible descansar a cada hora. A medida que la temperatura es mayor, las pausas deben ser más largas y frecuentes.
Utilización de equipos de protección que impidan la evaporación del sudor.
Factores individuales
Pérdida de aclimatación. La aclimatación se consigue en 7-15 días pero desaparece en tan sólo una semana.
Condición física. La falta de entrenamiento en la ejecución de tareas físicas intensas constituye un factor de riesgo.
Existencia de antecedentes médicos, tales como enfermedades del sistema cardiovascular, de las vías respiratorias, diabetes o insuficiencia renal.
Ingesta de determinados medicamentos, tales como antihistamínicos, diuréticos o antidepresivos.
Consumo de sustancias tóxicas, tales como alcohol o cafeína.
Sobrepeso. Las personas gruesas presentan una menor capacidad para disipar calor al ambiente.
Edad avanzada. Las personas mayores presentan más riesgo de deshidratación, ya que con la edad el mecanismo de termorregulación se ve alterado, produciéndose una
disminución importante de la sensación de sed.
Hidratación no adecuada: El cuerpo pierde agua por difusión a través de la piel y por la respiración, pero principalmente la pérdida de agua durante una situación de estrés térmico se produce mediante la sudoración. La rehidratación bebiendo agua es efectiva y rápida. El problema es que mantener la hidratación adecuada no es fácil, debido entre otros factores a que la sensación de sed no es siempre proporcional a la pérdida de agua.
4. Principales medidas preventivas a adoptar por las empresas
Limitar las tareas pesadas que requieran un gasto energético elevado. Si es posible, para la manipulación de cargas, proporcionar ayudas mecánicas que reduzcan el esfuerzo necesario.
Planificar las tareas más pesadas en las horas de menos calor, adaptando, si es necesario, los horarios de trabajo.
Proporcionar agua potable en las proximidades de los puestos de trabajo.
Habilitar zonas de sombra o locales con aire acondicionado para el descanso de los trabajadores.
Instalar ventiladores, equipos de climatización, persianas, estores y toldos
para disminuir la temperatura en caso de locales cerrados.
Limitar el tiempo o la intensidad de la exposición, haciendo rotaciones de tarea
siempre que haya sitios con menor exposición que lo permitan.
Aumentar la frecuencia de las pausas de recuperación (cada hora, por ejemplo).
Procurar vestir con ropas amplias, de tejido ligero y colores claros. Proteger la
cabeza con gorra o sombrero.
Evitar el trabajo individual, favoreciendo el trabajo en equipo para facilitar la
supervisión mutua de los trabajadores.
Informar a los trabajadores sobre los riesgos relacionados con el calor, sus efectos y las medidas preventivas y de primeros auxilios que hay que adoptar.
Considerar que es necesario un periodo de 7 a 15 días para que el trabajador se aclimate al calor. Cuando se deja de trabajar en condiciones calurosas durante periodos como las vacaciones o bajas laborales, es necesario volver a aclimatarse al incorporarse de nuevo al trabajo.
Permitir al trabajador, en la medida de lo posible, adaptar su propio ritmo de trabajo si la tarea lo permite.
Verificar las condiciones meteorológicas de forma frecuente e informar a los
trabajadores. Como buena práctica en este sentido, se puede consultar la página
web de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), e informarse de los “Avisos
de Fenómenos Meteorológicos Adversos”, especialmente en lo relativo a
temperaturas máximas en época estival:
Link: http://www.aemet.es/es/eltiempo/prediccion/avisos
Las denominaciones, significados y recomendaciones a la población de los niveles
son los siguientes:
NIVEL VERDE: No existe ningún riesgo meteorológico. No se espera que el tiempo cause impactos significativos, aunque pueden tener un carácter menor o local.
NIVEL AMARILLO: No existe riesgo meteorológico para la población en general aunque sí para alguna actividad concreta. Recomendación: ESTÉ ATENTO.
Manténgase informado de la predicción meteorológica más actualizada. Algunas actividades al aire libre pueden verse alteradas.
NIVEL NARANJA: Existe un riesgo meteorológico importante (fenómenos
meteorológicos no habituales y con cierto grado de peligro para las actividades
usuales). Recomendación: ESTÉ PREPARADO. Tome precauciones y
manténgase informado de la predicción meteorológica más actualizada. Las
actividades habituales y al aire libre pueden verse alteradas.
NIVEL ROJO: El riesgo meteorológico es extremo (fenómenos meteorológicos no
habituales, de intensidad excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy
alto). Recomendación: Tome medidas preventivas y ACTÚE según las
indicaciones de las autoridades. Manténgase informado de la predicción
meteorológica más actualizada. Las actividades habituales pueden verse
gravemente alteradas. No viaje salvo que sea estrictamente necesario.
A nivel europeo, la web www.meteoalarm.eu, nos proporciona la información más
relevante, para estar preparados ante una situación de tiempo extremo (excepcional) que
se espere pueda ocurrir en cualquier lugar de Europa.
En la web se nos alertará sobre la posible ocurrencia de un fenómeno de tiempo severo, como por ejemplo, precipitaciones muy fuertes, tormentas muy fuertes, temporales de viento, olas de calor, incendios, nieblas, nevadas (incluyendo ventiscas) o frío intenso, además nos alerta sobre fenómenos causados o influidos por un tiempo atmosférico adverso, tales como aludes, incendios forestales o fenómenos costeros extremos.
De una ojeada se podrá identificar el lugar de Europa (incluido cualquier punto de España) en el que el tiempo pueda resultar peligroso. Los colores utilizados en los mapas de esta página Web nos indican la excepcionalidad del peligro y sus posibles consecuencias. En el mapa de Europa, cada país participante en este proyecto aparecerá resaltado con el color de mayor nivel de alerta de los asignados a los avisos en vigor. Si se selecciona un país en concreto se podrán visualizar sus avisos nacionales y regionales.
Para los colores asociados a los niveles de alerta mayor (naranja y rojo) se añaden pictogramas a la información regional, lo que da una idea del tipo de tiempo que se espera cause peligro potencial. Seleccionando con el ratón cualquier región dentro de un país concreto, se hallará información más detallada. Se incluye el periodo de tiempo en el que se espera se produzca el fenómeno previsto u otros aspectos adicionales como su intensidad (por ejemplo: cantidades de nieve acumulada, etc.). Las imágenes que se pueden ver como fondo en este nivel regional, estarán en consonancia con el fenómeno y su riesgo potencial asociado.
La consulta de estas fuentes de información permitirá conocer situaciones de riesgo y adoptar las medidas oportunas para prevenir accidentes y planificar los trabajos de forma adecuada, especialmente cuando se desarrollen actividades laborales intensas al aire libre.
5. Principales medidas preventivas a adoptar por parte de las trabajadoras y trabajadores
Como consejos básicos para trabajadoras y trabajadores a la hora de prevenir los efectos de las altas temperaturas durante el trabajo, se recomienda:
Realizar pausas, descansando en lugares frescos y a la sombra.
Evitar beber alcohol y cafeína, ya que deshidratan el cuerpo.
Evitar las comidas calientes y pesadas. Comer alimentos ligeros como ensaladas, frutas o zumos (ya que ayudan al cuerpo a recuperar las sales perdidas por el sudor).
Evitar la exposición directa de la piel al sol. Utilizar ropa amplia y ligera, con tejidos claros que absorban el agua y sean permeables al aire. No quitarse nunca la ropa por mucho calor que haga (la ropa ancha crea una cámara de aire que ayuda a transpirar).
Proteger la cabeza con casco, gorras o sombreros, según sea el trabajo realizado.
Utilizar cremas de alta protección contra el sol.
Beber frecuentemente agua o bebidas isotónicas. Es conveniente beber un vaso de agua cada cuarto de hora. No esperar a tener sed para beber. Beber justo antes, durante e inmediatamente después del trabajo con exposición al calor.
6. Primeros auxilios en caso de golpe de calor
Cuando llega el verano y hace mucho calor, los mecanismos de adaptación de nuestro cuerpo, como el sudor, se ponen en marcha para mantener estable la temperatura corporal.
Tener que realizar tareas pesadas o trabajos en el exterior a elevadas temperaturas puede llevar el cuerpo humano al límite y ocasionar accidentes de trabajo.
El riesgo aumenta a medida que sube la temperatura, por eso es importante que las empresas y las personas que realizan trabajos al aire libre o en ambientes calurosos adopten unas sencillas medidas de prevención y estén atentos a síntomas como fatiga, dolor de cabeza o vértigo, que pueden ser precursores de problemas más graves como la deshidratación o el golpe de calor (que en algunos casos llega a ser mortal).
Ante estas situaciones se recomienda seguir las siguientes pautas para prestar unos primeros auxilios básicos:
Colocar al trabajador en una zona a la sombra y en un ambiente frío, a ser posible.
Debe desvestirse al trabajador y se recomiendan duchas con agua fría (15-18ºC).
No debe utilizarse agua más fría de 15ºC, ya que se produciría una disminución de la pérdida del calor, debido a una constricción de los vasos sanguíneos cutáneos.
Si el trabajador está consciente, suministrarle agua fría para beber. Si está inconsciente, colocarlo en posición recostado sobre un lateral de su cuerpo, con la cabeza ligeramente ladeada, el brazo inferior atrás, extendido, el superior flexionado hacia adelante y arriba y las piernas flexionadas, más la superior que la inferior (posición lateral de seguridad).
Otra posibilidad es cubrir el cuerpo con toallas húmedas, cambiándolas con frecuencia y, preferiblemente, en combinación con un ventilador eléctrico o un dispositivo similar, para que la temperatura del cuerpo disminuya algo más.
Contactar con un médico (llamando al 112) y, si es posible, llevar al paciente al hospital lo más pronto posible. A menudo, una persona que sufre un golpe de calor puede precisar oxígeno, administración de suero por vía intravenosa y, algunas veces, medicación adecuada.
7. Gestión preventiva de los riesgos laborales por exposición al calor
A la hora de gestionar desde el punto de vista preventivo en los puestos de trabajo la exposición al calor, se propone seguir el siguiente ciclo de identificación de riesgos, evaluación de los mismos, y posterior planificación e implantación de medidas preventivas, con el objeto de buscar la mejora continua y la prevención de accidentes:
8. Bibliografía
 Trabajar con calor. INSHT.
 Plan nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas
sobre la salud año 2019
 NTP 922. Estrés térmico y sobrecarga térmica: evaluación de los riesgos (I). INSHT.
Formar e informar sobre los riesgos de la exposición al calor
Medir y evaluar resultados
1.Inspeccionar las áreas de trabajo
2.Identificar si existe el riesgo de exposición al calor
3. Evaluar el riesgo de exposición al calor
4. Planificar medidas preventivas
5.Implantar medidas
6.Reevaluar los riesgos